
“Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos
era que pasaba un ángel que les robaba la voz. “
Silvio Rodríguez
Pasó el silencio
y no dijo nada.
Caminó desnudo
entre miradas rotas,
cabizbajas.
Fue incapaz de pronunciar su sombra,
la lenta y pesada corona
que siempre precede a sus penas.
Pasó el silencio
arrepentido de su juicio,
de sus razones malditas,
hambrientas,
codiciosas de amparo;
abrumado por esas voces ya insalvables,
tan incisivas en la osadía
como la angustia de un beso
que vacila ante su vicio.
Pasó el silencio,
enmudeció los sentidos,
paralizó el aire;
se detuvo en la altura
a contemplar la impetuosa obra
de los hartazgos.
Y ni su ángel
pudo salvar el momento.
Imagen sacada de: http://m.yukle.mobi/sekil-yukle/
Qué bien hilados estos silencios que a veces pasan y nos traspasan. Muy bonito, Little!
Los silencios son así, siempre logran atravesarnos, enmudecernos.
Gracias Úrsula!
Saluditos. 😉
Es curioso que el silencio, a pesar de serlo, cuente cosas tan diferentes.
El de tus versos no cuenta cosas bonitas, aunque el poema sí lo sea. 😉
Los silencios pueden contar muchas cosas, a pesar de la carencia de palabras que poseen. Y si, no siempre son cosas bonitas.
Gracias Luna!
Saluditos. 😉
El silencio es a veces más feroz que mil reproches. Eso es lo que me ha sugerido tu poema. Me gustó mucho. Un abrazo.
Por supuesto! Un silencio puede ser tan letal como todas las cosas que calla al mismo tiempo.
Gracias Mayte.
Saluditos. 😉